domingo, 27 de noviembre de 2016

PARA CUIDAR Y FORTALECER LA CONVIVENCIA MATRIMONIAL



El matrimonio es la unión de amor bendecida por Dios entre un hombre y una mujer. Dicha unión da como fruto los hijos. Además, el matrimonio es la única bendición que no fue abolida ni por la pena del pecado original ni por el castigo del diluvio. Es una bendición que ha existido desde la creación del ser humano: «Y los bendijo Dios, y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense…”» (Gn 1, 28). Esa bendición, entre bautizados, Cristo la ha elevado a la dignidad de sacramento porque es signo visible y eficaz de la unión de Cristo con la Iglesia.

Para cuidar y fortalecer la convivencia matrimonial, ayuda mucho que la pareja de esposos use un lenguaje inclusivo y no un lenguaje exclusivo. Cuando se usa un lenguaje inclusivo, se escucha que el esposo, al hablar, dice sobre la decisión que se ha tomado: «mi esposa y yo hemos decidido…». Lo mismo la esposa, pues ella dice: «mi esposo y yo hemos decidido…»«mi esposo y yo queremos comprar…». ¡Cuánto bien le hace esto a los matrimonios, a las parejas que han decidido darse el uno al otro! Les hace bien porque los esposos se incluyen el uno al otro en el proyecto de vida, tanto personal como en el de pareja que se han unido hasta que la muerte los separe.    

Lo contrario sucede, cuando en la pareja se usa un lenguaje exclusivo, pues las palabras “nosotros” o “hemos decidido” o “mi esposa y yo” o “mi esposo y yo” desaparecen. De esta manera se le da paso al “yo”, es decir, “yo decidí” o “yo hice”. ¡Cuánto daño hace eso en la relación matrimonial!, pues se actúa de manera egoísta, sin pensar en mi otro yo, en el compañero o en la compañera.

Estimados esposos o novios, no olviden que “el matrimonio, la familia, es una comunidad de vida y amor”, y que ayuda mucho en la relación matrimonial y familiar ser personas inclusivas y no que excluyen, usar un lenguaje inclusivo y no un lenguaje exclusivo. Dios bendiga los matrimonios. Dios bendiga las familias. Y que desde hoy empecemos a usar un lenguaje inclusivo en las familias, en los matrimonios, dando paso al “nosotros”, “lo hicimos”, “decidimos”, “compramos”, “salimos”, “compartimos”, “oramos”, “nos perdonamos”. En definitiva, incluir al otro en mi proyecto de vida. Muchas bendiciones.

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